BUSCANDO A UN CULPABLE

BUSCANDO A UN CULPABLE

Génesis 3:6,14 - 6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. 7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. 8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. 9 Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? 10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. 11 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? 12 Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera medio del árbol, y yo comí. 13 Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.

Introducción: tristemente esto es algo común escucharlo, cada vez que cometemos un error o fracasamos en algo casi siempre buscamos a quien echarle la culpa de nuestros errores y esto pasa cuando no queremos reconocer que somos nosotros mismos los culpables y los responsables de todo lo que nos pasa y no otro.

-         Es curioso ver como uno le echaba la culpa al otro y el otro al otro y ninguno asumía su responsabilidad en lo que sucedió. El esposo a su esposa, la esposa a la suegra digo a la serpiente…

 

1.     ¿Por qué pasa esto? Porque todavía no hay madures y responsabilidad y mucho menos sinceridad y algo que más preocupa de una persona así, es que es egoísta. Hace sentir mal a los demás acusando a otros por lo que le esta pasando.

1 Samuel 15:13-15 - 13 Vino, pues, Samuel a Saúl, y Saúl le dijo: Bendito seas tú de Jehová; yo he cumplido la palabra de Jehová. 14 Samuel entonces dijo: ¿Pues qué balido de ovejas y bramido de vacas es este que yo oigo con mis oídos? 15 Y Saúl respondió: De Amalec los han traído; porque el pueblo perdonó lo mejor de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas a Jehová tú Dios, pero lo demás lo destruimos.

-         en este verso Saúl le echa la culpa al pueblo diciendo que el pueblo fue el que cometió el error, pero fue a él a quien el Señor le había dicho por boca de Samuel que no perdonara nada.

1 Samuel 15:2,3 - 2 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto. 3 Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos.

2.     Ahora yo pienso que es un acto de cobardía echarle la culpa de nuestros fracasos a otro. Y lo peor es que a veces hacemos responsable de todos nuestros fracasos y errores, al que nada tiene que ver en el asunto.

Juan 11:17,21 - 17 Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro. 18 Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios;  19 y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano. 20 Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa. 21 Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.

Juan 11:32 - 32 María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.

Juan 11:37  - 37 Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?

-         Es curioso que aunque el Señor no tenía nada que ver con la muerte de lázaro, la culpa se la estaban echando a Él.

 Conclusión: tenemos que aprender a hacer responsables y a afrontar nuestros errores y no culpar a otros. Por lo que nos este pasando

Lucas 18:9,14 -  9 A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: 10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. 11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;  12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. 13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. 14 Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.

 
 
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